
El destino ha querido que Bélmez de la Moraleda, pueblo pequeño y humilde cercano a la Sierra Mágina, en los alrededores de Jaén, se haya convertido en una de las claves de la investigación parapsicóloga en los últimos 50 años.
Todo empezó en noviembre de 1971, con el primer periódico que se hizo eco sobre la noticia de la aparición de extrañas figuras sobre el suelo de una casa de dicha población, con extrañas formas humanas. Según narró este periódico, la ya fallecida propietaria de esta vivienda, María Gómez Cámara, descubrió sobre el suelo una forma con inquietante similitud a la de una cara humana. Avisó a sus vecinas y tiempo después al albañil para que tapara aquella forma tan aterradora que se posaba sobre su suelo. El obrero lo tapó, con yeso, y varios días después esa forma volvió a aparecer. En el mismo sitio. Continuamente fueron apareciendo nuevas manchas con formas de rostro humano en distintas partes de la casa, aparecían y desaparecían como por arte de magia e incluso llegó a la conclusión de que algunas se desplazaban de un lugar a otro de la vivienda.
Esta noticia llegó a todos los hogares españoles através de los medios de comunicación, que pronto se hicieron eco de lo sucedido. Y con ellos, la polémica. Muchos diarios se colocaron en una postira escéptica sobre las apariciones de las caras, sin embargo muchos otros no dejaban de repetir su enorme interés por los hechos paranormales supuestamente acontecidos. La casa fue investigada por importantes parapsicólogos, como Hans Bender.
Aun después de la muerte de la propietaria de la casa, en 2004, las caras no cesaron de hacer acto de presencia.Sin embargo las nuevas formas que aparecán eran mas vagas, y mas difuminadas que las anteriores a María Gómez. Se podría decir que estaban hechas como "de otra mano". De esta forma aumentó el escepticismo con respecto a este caso, y las teorías del fraude no hacián más que aumentar. Celebridades como Pedro Amorós tomaron la iniciativa para investigar el caso.
Las hipótesis del fraude se basaban en que esas formas estaban hechas por personas. En numerosos análisis químicos de las formas se llegó a comprobar que estaba hecho de nitruro de plata, material muy interesante por el cual las formas pueden aparecer días después de ser dibujadas. También se llegó a decir que estaba hecho con una simple mezcla de hollín y de vinagre. Esta explicación no paranormal se agravaría teniendo en cuenta que la casa de Bélmez de la Moraleda fue un auténtico reclamo turístico durante la época de la aparición de las caras. Cientos de visitantes acudían cada semana a ver semejante rareza. Teniendo en cuenta que por cada visitante se sacara una cantidad de dinero importante no sería tan descabellado pensar en la hipótesis del fraude.
Las hipótesis paranormales son más elaboradas que las hipótesis del fraude. Gran parte de la explicación reside en una excavación que se realizó en el subsuelo de la cocina de la casa de Bélmez después de la primera aparición en la cocina. La excavación que llegó a una profundidad de 2'8 metros sacó a la luz unos huesos humanos, asentados exactamente sobre la baldosa donde apareció la primera cara. Estos huesos se investigaron, y aunque no añadieron ningún dato anatómico importante, por la historia si se pudo saber que esa casa estuvo asentada sobre un cementerio medieval árabe. Esta idea aterradora aumentó el número de creyentes en este caso.
Sea cual sea la explicación de este suceso, la casa de Belmez sigue siendo centro de investigaciones que aún no se han esclarecido. Todavía en estos momentos aparecen caras en esa casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario